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Fecha de la newsletter: 09-05-2016

Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA

“Europa ha generado una crisis humanitaria en lugar de ayudar a los refugiados sirios”

Raquel Martí es directora ejecutiva de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). La UNRWA gestiona la asistencia sanitaria, social, educativa y alimentos a 5,2 millones de refugiados. Es la población palestina que vive en 58 campos de refugiados en Líbano, Jordania, Siria, Gaza y Cisjordania. Esta cooperante nos cuenta la complicada situación que vive esta población, sus necesidades y analiza el papel de Europa en la crisis de los refugiados sirios.  

 

La UNRWA se creó en 1949 para encargarse de las necesidades básicas de la población palestina refugiada tras la guerra árabe-israelí, ¿cuáles son, a día de hoy, sus prioridades?

Nuestra prioridad es la educación, porque así lo es para los propios refugiados de Palestina. En la actualidad gestionamos 700 escuelas a las que acuden medio millón de niños. Resulta difícil describir la inquebrantable determinación que tienen los niños palestinos para continuar sus estudios en las condiciones extremas derivadas de la guerra en Siria o la ocupación militar israelí en Palestina. A pesar de ello, son los alumnos mejor formados de todo Oriente Medio, según la última evaluación realizada por el Banco Mundial.

No obstante, en semejante contexto, es ineludible decir que existen otras prioridades como la protección, la seguridad alimentaria, la salud, el apoyo psicológico o las oportunidades económicas, entre otras, todo un abanico de programas que UNRWA implementa en sus cinco áreas de operación (Gaza  y Cisjordania -en Palestina- Siria, Líbano y Jordania). Hay que tener en cuenta que hablamos de más de 5 millones de refugiados de Palestina que viven en una de las zonas más convulsas del mundo: Oriente Medio, y por tanto la ayuda humanitaria y de emergencia es también una prioridad.

 

¿Cuál es la situación en Gaza en estos momentos?

Ha pasado ya más de año y medio desde el fin de la última ofensiva israelí sobre la franja de Gaza, la cual ha sido considerada la más devastadora de la historia. Más de 140.000 hogares resultaron dañados o destruidos, más de 2.000 vidas sesgadas y miles de heridos y mutilados. Si a esto se une que Israel sigue manteniendo un férreo bloqueo que entra ya en su décimo aniversario y ha colapsado absolutamente la economía en la franja, el resultado es una población desesperada que vive sobre las ruinas de un territorio inhabitable, del que no se puede huir. El mejor indicador para medir el grado de desesperación que afronta la población es el alarmante incremento del número de suicidios en Gaza. Lamentablemente se ha convertido en la vía de escape de una vida sin esperanza.

 

¿Qué necesidades sanitarias tiene la población en Gaza y en Siria, y cuál es la implicación de la profesión de Enfermería en este ámbito?

En términos de salud hay muchas necesidades distintas en cada zona. En primer lugar podríamos hablar del aumento de la mortalidad infantil en Gaza. Esto es debido al colapso del sistema de salud que el bloqueo israelí ha producido. El hecho de que Israel prohíba la entrada de equipamiento básico de salud, ya sean incubadoras, ecógrafos o máquinas de rayos X, así como medicamentos o suministros esenciales, ha hecho que los hospitales carezcan de medios para atender a la población. Muchas enfermedades no pueden ser tratadas en Gaza por falta de medios, como por ejemplo el cáncer. La falta de electricidad en toda la franja incide en todos los aspectos de la vida, pero en los hospitales las consecuencias pueden ser muy graves.

La salud mental de la población está muy deteriora. La violencia de la guerra y la ocupación, así como la pobreza, generan graves traumas que acaban convirtiéndose en crónicos debido a que siguen expuestos a la violencia una y otra vez y porque apenas hay especialistas suficientes para atender a un número ingente de población con trastornos psicológicos (solamente en Gaza se calcula que hay más de 300.000 niños traumatizados).

Si hablamos de Siria, además del trauma psicológico de 5 años de guerra y la falta de acceso a la salud debido a la destrucción de hospitales para los heridos de guerra, haría falta resaltar que hay miles de personas con enfermedades crónicas que carecen de medicamentos o de atención médica desde hace años y están sufriendo un grave deterioro. Por otro lado, hay más enfermedades que están brotando a consecuencia de la falta de salud o higiene como las hepatitis o el tifus que está haciendo estragos en la población. También habría que señalar que hay muchos niños menores de cinco años que han perdido todo el ciclo de vacunación y aunque de momento no hay estadísticas en breve seremos testigos de sus consecuencias.

A todo ello habría que añadir una alta prevalencia de enfermedades cardiovasculares y de diabetes, así como enfermedades genéticas y defectos congénitos debido al elevado número de matrimonios consanguíneos.

 

La ONU ha cuestionado la ilegalidad del acuerdo alcanzado por la Unión Europea y Turquía para cerrar el actual camino de los refugiados sirios en terreno comunitario. ¿Qué opina del rumbo que está tomando este conflicto?

La manera en la que estamos gestionando la llegada de los refugiados es vergonzosa. Europa ha creado una crisis humanitaria en lugar de ayudar a una población que huye desesperada de la guerra y la violencia para salvar sus vidas. Europa es capaz de gestionar la actual demanda de asilo. Somos 508 millones de personas. Las peticiones de asilo en 2015 representaron el 0,2% de la población total de la Unión Europea. Turquía tiene en su territorio en torno a 3 millones de refugiados, mucho más del doble de las peticiones de asilo registradas en los 28 países de la Unión Europea.

No solamente hemos violado nuestros principios y valores, sino nuestras propias leyes, además de las convenciones internacionales. Es lamentable, más si tenemos en cuenta el elevado número de niños entre los refugiados, de mujeres solas, hay incluso ancianos, en definitiva seres humanos que tienen derecho al asilo según la legislación internacional y que tenemos el deber moral de proteger y ayudar.

 

En 2015  la UNRWA hizo un llamamiento urgente para que cesara del conflicto bélico en Siria… ¿Cuándo cree que llegará el final de esta guerra?

Ojalá que fuese mañana. No lo se, la verdad. Hay demasiados actores involucrados, locales e internacionales, así como intereses que complican las negociaciones de paz. Aunque se consiguiera poner fin a la guerra, va a ser muy difícil acabar con los terroristas que controlan amplias zonas del país. Me temo que va a ser muy complicado volver a ver una Siria como la anterior a 2011.

 

¿Tiene UNRWA algún programa de ayuda para la población siria y para los refugiados?

Si, somos la operación de Naciones Unidas más grande en Siria con más de 4.000 trabajadores humanitarios. UNRWA ya estaba en Siria desde el año 50 cuando se produjo la llegada de los refugiados de Palestina tras la guerra árabe-israelí y allí hemos permanecido hasta ahora. En la actualidad hay más de medio millón de refugiados de Palestina en Siria, de ellos casi 300.000 han sido desplazados de sus hogares por lo que se han convertido en desplazados-refugiados y muy pocos han logrado cruzar las fronteras (convirtiéndose en doblemente refugiados). La totalidad están afectados por la guerra y necesitan ayuda. Seguimos gestionando escuelas, clínicas de salud, centros de formación profesional, ofreciendo microcréditos, porque la vida sigue a pesar de la guerra y, por otro lado, tenemos un amplio programa de emergencias que incluye distribución de alimentos, de dinero en efectivo, clínicas móviles de salud, refugio para los desplazados. Incluso hemos comenzado a reconstruir en determinados campos de refugiados, no podemos esperar a que la guerra acabe.

 

Usted visitó en 2015 la ciudad de Homs y diversos campos de refugiados de Damasco… ¿Podrá resistir la población mucho más?

La población tiene muy pocas alternativas: quedarse y que les maten o mueran de hambre o marcharse. Después de la respuesta europea a los refugiados esta última ya no es una opción. La población está al límite, aunque no es igual en todas partes, hay zonas terribles que están bajo asedio y la gente muere de inanición o por falta de acceso médico, cuando no lo hace bajo las bombas. Las condiciones de vida para la población, sobre todo para las mujeres y los niños, en las zonas bajo el autoproclamado Estado Islámico son terribles.

 

Hace unas semanas participó en las Jornadas sobre Cooperación celebradas aquí en el Colegio de Enfermería de Alicante, ¿qué le parece esta actividad?

Pues primero de todo me gustaría felicitaros, me parecen una gran iniciativa. Necesitamos una ciudadanía concienciada e informada sobre situaciones tan dramáticas como las que viven los refugiados en Oriente Medio. Si tenemos en cuenta además que sois profesionales de la salud, estas jornadas contribuyen a crear un cuerpo de Enfermería mucho más sensibilizado, formado y solidario. Lo cual es fundamental. 

Entidades colaboradoras del Colegio de Enfermería de Alicante